grafismos chic y huellas étnicas en Palermo

La barandilla, de pino macizo, ha sido concebida para mostrar el paisaje

“Para alguien como yo, que nací en Australia, pero tiene herencia italiana, el viaje siguiendo las huellas del pasado es un verdadero rito de paso, algo necesario y basic”.


Mariella Ienna explica así su voluntad de llegar a Sicilia partiendo de Sydney, la ciudad en la que nació, realizando a la inversa el camino de las aves migratorias en busca de su suerte, en un mundo completamente nuevo y por descubrir.

Desde el pasillo se ve la librería, poblada de fotos de autor y cerámicas de Giovelab.©fabriziocicconi

La vocación múltiple de la diseñadora

Abogada fallida y después diseñadora de arreglos florales, Mariella decidió trasladarse a esta ciudad cargada de historia y magia hace unos años. 

Aquí encontró la localización perfecta: un apartamento en un palazzo antiguo del centro histórico que no esconde las huellas del tiempo, es más, mantiene una pátina al mismo límite de la decadencia que conquistó a la diseñadora.

El cabecero de la cama y el puf junto a ella están forrados de kilim a rayas fabricados en la India según el diseño de Mariella Ienna.©fabriziocicconi

Techos altísimos, suelos hidráulicos con dibujos originales del siglo XVIII… todo lo que hay aquí transporta al pasado, incluso el enorme árbol (se dice que es uno de los más antiguos de la capital siciliana) que regala sombra y frescura a la calle.

En el apartamento, Mariella ha podido jugar con todos sus deseos e inspiraciones, ha mezclado las antigüedades con objetos artesanales y diseño contemporáneo creando un estilo que finalmente resulta absolutamente armónico.

En el baño rectangular, un par de espejos y una pareja de acuarelas aportan carácter. En el suelo descansa un kilim de lana sin tratar, de Oritop.©fabriziocicconi

“Mucha gente tiene miedo de colocar juntos objetos tan diferentes, prefieren evitar los contrastes demasiado evidentes. Pero, para mí, el diálogo entre claro y oscuro, entre estilo industrial y materiales orgánicos, entre lo viejo y lo nuevo, aporta carácter a los ambientes”, comenta Ienna. 

Los mismos rasgos pueden encontrarse en la colección de alfombras y de cubos contenedores que Mariella ha comenzado a diseñar. Sus alfombras de telar, distribuidas por Oritop, se fabrican a mano en la India usando únicamente lana purísima procedente de Nueva Zelanda.

La cocina de alta tecnología con alfombra rústica, taburetes de metacrilato y un espejo bajo la ventana para crear sensación de amplitud.©fabriziocicconi

En cambio, los cubos de sabor étnico están hechos en colaboración con sus amigas Miriam Zanca y Francesca Garofallo y están enteramente confeccionados por las manos de artesanos sicilianos. Un homenaje definitivo a su tierra de origen y a las artesanías.

Desde el pasillo se ve la librería, poblada de fotos de autor y cerámicas de Giovelab. Alrededor de la mesa, unos cubos forrados de kilim de Mir e Mar, y en el suelo, baldosas de loza con dibujos originales del siglo XVIII, época de la que information el palacio.

El refugio tranquilo, el rincón dedicado al relax, está presidido por una chaise longue montada sobre una foundation francesa antigua y tapizada con tejido de Rubelli. Sobre la mesa de estilo industrial, un jarrón de Kartell con ramas de níspero. Al fondo, biombo realizado con paneles de artesonado.

Un escenario surrealista para À Cheval.

El cabecero de la cama y el puf junto a ella están forrados de kilim a rayas fabricados en la India según el diseño de Mariella Ienna. En la pared, un cuadro del siglo XIX de la profetisa Sibila comprado en Palermo